A Diez Años de Ni Una Menos: Responsabilidad Empresarial
La primera marcha de Ni Una Menos tuvo lugar el 3 de junio de 2015, y desde entonces, el movimiento ha tomado fuerza en la lucha contra la violencia de género. A pesar de que se ha avanzado en la concientización, en 2024 hubo un femicidio cada 36 horas, lo que pone de manifiesto que la violencia doméstica es un problema social que trasciende el hogar y afecta todos los ámbitos, incluyendo el laboral.
Mariana, una empleada que enfrenta violencia doméstica, refleja cómo este tipo de situaciones impacta en su desempeño laboral. Su compañera de trabajo, Lucía, ha notado cambios en su comportamiento y se preocupa por ella. Sin embargo, el silencio y la estigmatización siguen siendo barreras para abordar este tema en el entorno laboral. Desde Grow-género y trabajo, es fundamental entender que ignorar la violencia no la hace desaparecer; más bien, la perpetúa.

El Rol Crucial de las Organizaciones
Las organizaciones laborales tienen un papel fundamental en la lucha contra la violencia de género. El entorno laboral puede ser un espacio de contención o, por el contrario, un lugar de revictimización. Por ello, es vital que las empresas no solo emitan comunicados en fechas conmemorativas, sino que implementen acciones concretas y políticas que acompañen a quienes atraviesan situaciones de violencia.
Importancia de los Protocolos de Acción
Contar con un protocolo de acompañamiento para casos de violencia doméstica es esencial. Este documento establece una hoja de ruta clara para actuar cuando se presenta una situación de este tipo. Además, permite articular medidas de protección, garantizar licencias y adecuaciones laborales, y formar a líderes en la detección y el acompañamiento adecuado.
Un protocolo bien diseñado no solo protege a las víctimas, sino que también fortalece el compromiso ético y social de la organización. Esto puede prevenir el ausentismo prolongado, mejorar el clima laboral y enviar un mensaje claro de que la violencia no es tolerada.
Claves para un Protocolo Efectivo
- Procedimientos de actuación claros: Definir los pasos que debe seguir el equipo para abordar y acompañar a la persona afectada.
- Medidas de protección: Incluir licencias especiales, cambios de turno, y acompañamiento psicológico o legal.
- Capacitación: Formar a líderes y equipos sobre cómo actuar con perspectiva de género y derechos.
- Comunicación interna: Asegurar que el protocolo y sus recursos sean visibles en todos los niveles de la organización.
- Articulación con redes externas: Conectar con organismos especializados para ofrecer un acompañamiento integral.
La violencia doméstica no es un tema privado; compromete la salud, seguridad y vida de las personas. A diez años del grito colectivo de Ni Una Menos, es momento de que las empresas asuman su responsabilidad y se comprometan a actuar de manera efectiva en este ámbito.